Existe una gran diferencia entre un insecto y una plaga, una plaga es cuando existe una población que ejerce mucha presión sobre nuestra planta al grado que corremos el riesgo de perderla. Y una enfermedad es cuando hay un microorganismo que la esta atacando desde adentro.
Para no recurrir a los insecticidas ( cosa de la cual hay mucho que hablar y que nos parece que se aborda de una excelente manera en la guía práctica de productos agroquímicos) que no sabemos muy bien de que están hechos o cuales pueden ser sus efectos, existen sustancias naturales que repelen a los insectos o que en dosis más elevadas tienen un efecto insecticida, tales como el tabaco, el ajo, el mastuerzo, el romero, la citronela, de los cuales podemos hacer un extracto sencillo hirviéndolos o cultivarlos cerca de las plantas que queremos proteger.
A esto se le llama un cerco sanitario y es muy recomendable ya que es efectivo y económico.